Los
rosetones de las catedrales góticas, el perfecto equilibrio estético
de una simple flor...todo puede ser un mándala. Solo basta abrir
bien los ojos y mirar a nuestro alrededor.
Mándala
significa círculo en sánscrito. Esta palabra es también conocida
como rueda y totalidad. Pero más allá de su definición como
palabra, desde el punto de vista espiritual, es un centro energético
de equilibrio y purificación que ayuda a transformar el entorno y la
mente.
También
se lo define como un sistema ideográfico contenedor de un espacio
sagrado. Si bien ha sido utilizado desde tiempos muy remotos, su
origen surge en la India y aparece en las culturas orientales y en
las aborígenes de América y de Australia.
En
la cultura occidental, fue Carl G. Jung quien los utilizó en
terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad
en los seres humanos. Según sus investigaciones, los mándalas
representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente
como el inconsciente y el arquetipo de estos dibujos se encuentra
firmemente anclado en el subconsciente colectivo.
Todo
lo que nos rodea tiene la forma de círculo. Desde el universo (el
sol, la luna, los planetas) hasta el esquema de toda nuestra
naturaleza, los árboles, las flores, entre otros, todos siguen una
línea circular y , al mismo tiempo nos representan los ciclos
infinitos de la vida. es por eso que si observamos nuestro cuerpo,
descubriremos que también nuestras formas son redondeadas,
recordándonos que somos sistemas dentro de sistemas, pertenecemos al
Absoluto y el Absoluto está en nosotros.
Representación escritural del mantra Om = A+U+M ; sílaba se considera un Mantra principal en el hinduismo, especialmente el Vedanta
También
son definidos como un diagrama cosmológico que puede ser utilizado
para la meditación. Consiste en una serie de formas geométricas
concéntricas organizadas en diversos niveles visuales. Las formas
básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y
rectángulos.
El
mándala representa al ser humano. Interactuar con ellos nos ayuda a
curar la fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar la
creatividad y a reconectarnos con nuestro ser esencial. El trabajo de
meditación con mándalas puede consistir en observar o dibujarlos
para dar rienda suelta a la creatividad.
El
uso de los colores en los mándalas posee un significado especial
relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta. Así se
define cada tonalidad:
Blanco:
nada, pureza, iluminación, perfección.
Negro:
muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
Gris:
neutralidad, sabiduría, renovación.
Rojo:
masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
Azul:
tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
Amarillo:
sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
Naranja:
energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
Rosa:
aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
Morado:
amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
Verde:
naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
Violeta:
música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
Dorado:
sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
Plateado:
capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar
Pero
también las figuras poseen un significado, algunos de ellos son:
Círculo:
movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.
Corazón:
sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
Cruz:
unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo
inconsciente.
Cuadrado:
procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
Estrella:
símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
Espiral:
vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.
Hexágono:
unión de los contrarios.
Laberinto:
implica la búsqueda del propio centro.
Mariposa:
autorenovación del alma. Transformación y muerte.
Pentágono:
silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.
Rectángulo:
estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
Triángulo:
agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia
arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro)
Un
mándala es básicamente un círculo, es la forma perfecta, y por
ello nos representa el símbolo del cosmos y de la eternidad. Nos
representa la creación, el mundo, Dios, el ser humano, la vida.