REFLEXIONES





REFLEXIONES SOBRE EL KARMA

El oriental busca como objetivo supremo de la vida llegar a emanciparse de la cadena de nacimientos y muertes a que está sujeto el ser humano, alcanzando así el estado de liberación, estado en el que el individuo vive la plenitud de la felicidad, de conocimiento y de realidad, inherentes a la verdadera naturaleza de espíritu o ser real del hombre.

Para conseguir este resultado es preciso que el hombre se despegue interiormente de sus vehículos groseros y fútiles –esto es el cuerpo físico, de las emociones, sentimientos y deseos, y de la mente concreta personal-. Cuando todas las capas que cubren el espíritu esencial se suelta, se dejan, entonces la persona, incluso en el estado de conciencia vigilia, realiza su unión con Dios, quedando emancipada de esta necesidad de volver a encarnarse una y otra vez para adquirir nuevas experiencias gracias a las que irá madurando poco a poco.

Ahora bien, el ser humano queda normalmente atrapado encadenado al ciclo de nacimientos y muertes por el apego que tiene a las cosas. O sea que, siguiendo el pensamiento oriental, no es que nadie le obligue a volver aquí para encarnarse una y otra vez, a pasar una serie de vicisitudes hasta que al final se le abre una puerta que le libera de este proceso, no. Lo único que ata a la persona es la propia actitud mental y el propio deseo. La falta de discernimiento o de sabiduría le hace tomar los aspectos fenoménicos de la existencia por lo único real y, en consecuencia, se aferra desesperadamente al deseo de posesión de las cosas, posesión de un cuerpo, posesión de riqueza, posesión de un Yo, etc., y es este deseo el que le encadena a la existencia y el que dicta todas sus acciones.

Todo acto que realiza una persona no es algo aislado en el conjunto de su existencia, ni siquiera en el conjunto del Cosmos, sino que toda acción está indisolublemente enlazada con el resto de su vida y además con el resto de todo cuanto existe. No hay nada que esté del todo aislado de lo demás. La más pequeña acción repercute en el resto, formando todo una concatenación de causas y efectos, un espeja tejido en el que cada hilo depende de todos los demás.

Toda acción que yo haga determinará en mi, después, una serie de resultados, buenos o malos, según la índole de la acción.

 Y esto no queda limitado al nivel físico o de la salud –todos sabemos que cualquier abuso en las funciones naturales se paga luego con trastornos orgánicos más o menos serios-, sino que se extiende a los niveles afectivos, mentales e incluso a los hechos aparentemente fortuitos que la vida nos depara. Toda buena acción, esto es, toda acción que responda a la verdad de la ley de la naturaleza o a la verdad de la ley espiritual- una sola verdad que se expresa en niveles distintos-, le traerá al individuo, como consecuencia inevitable, mayor salud o mayor bienestar en una forma u otra.

En cambio, toda acción contraria a la verdad, a la moral, a la justicia, acarreará de algún modo al individuo, a corto o a largo plazo, disgustos y sufrimientos. Esto es lo que se conoce con el nombre de la Ley del Karma.

La palabra Karma significa acción, pero también designa con esta palabra los resultados que derivan de la acción.

Cuando una persona deja la envoltura física, esto es, cuando desencarna, o, como se dice vulgarmente, se muere, queda todavía en la persona mucho karma latente y sobre todo, queda en lo profundo de su mente, con mucha fuerza, la idea de las cosas que desea volver a poseer. Y son estos dos factores, el karma y el deseo latentes, los que empujan al Yo individual a una nueva encarnación, a tracé delas leyes que rigen los planos intermedios –entre el plano físico y los planos espirituales- donde parte del karma latente se liquida, mediante estados subjetivos de bienestar o de sufrimiento. Y éste es, según los orientales, el verdadero y único purgatorio, pasado el cual el sujeto vuelve de nuevo a encarna para seguir aprendiendo otras lecciones que le acercarán cada vez más a la verdadera comprensión del sentido espiritual de la vida y, por último, al final del estado de liberación.

Es también así como en Oriente se explica el por qué de esas calamidades, de esas desgracias que sobreviven aparentemente y porque sí, sin justificación alguna. Cuando una persona sufre una enfermedad que la deja inválida, cuando tiene la desgracia de perder un hijo, en fin, cuando le ocurren una serie de desgracias de las que no se siente de modo directo responsable, se debe, según Oriente, a causas que estaban ya en la persona , procedentes de vidas anteriores. O sea que, con esta Ley del Karma, en Oriente se explica la auténtica justicia de Dios, no en el sentido de premio no castigo sino en el sentido de que toda causa produce necesariamente su efecto, aunque no de modo inmediato quizás, pero sí de modo inexorable. Pero volvamos al tema de la acción tal como le vive el oriental.

El problema está que ya no podemos vivir sin actuar, ya que toda acción generakarma, en cómo conseguir esta emancipación interior, en cómo lograr que uno deje de seguir siendo víctima del su karma, del resultado de sus acciones: porque lo mismo ata un karma bueno que un karma malo. Un karma bueno le llevará a tener una serie de facilidades, por ejemplo, una buena orientación espiritual, fáciles éxitos de tipo material, de tipo afectivo, etc. De estas personas a las que todo parece salirles bien, que paree nacido de pie, que todo les sale a pedir de boca, diríamos que tiene un karma bueno. En cambio de otras personas a las que, por mucho que se esfuercen todo sale mal, diríamos que tienen un karma muy malo, muy negativo que han de liquidar. Pero el problema del hindú es cómo llegar a esta emancipación interior, al librarse del vaivén de la existencia, de la rueda de nacimientos y muertes, si tanto la acción buena como mala nos ata, nos liga, nos condiciona a las consecuencias ulteriores. ¿Cómo conseguir esa liberación? ¿Cómo salir de este círculo? Ese es el problema.

La acción entendida en un sentido amplio, en un sentido total, o sea, toda cosa que la persona hace interna o externamente, es inherente al hecho de vivir, al hecho de existir. Vivir, existir, es eso, es acción, es movimiento, es transformación, es renovación, es relación. Incluso cuando reflexionamos, cuando estamos aislados, cuando pensamos en algo, estamos sujetos a una acción –acción interna pero acción-. Hasta la vida del contemplativo, del que procura centrarse admirando, adorando, participando en el mayor grado posible de la perfección del Ser, de Dios, del Amor, de la Bondad y de la Verdad, etc., hasta este estado que a los ojos del mundo es una pasividad total, constituye una intensa acción, pues requiere una actividad concentrada de enorme intensidad.

 Es cierto que es producto de los niveles de superiores de la mente, pero es acción. La vida es acción. Todo lo manifestado, todo cuanto existe es movimiento y a todo movimiento inteligente le llamamos acción. Por lo tanto, el problema de hallar el camino de la emancipación a través de la acción es un problema de primera importancia absolutamente para todos, no sólo para nosotros los occidentales, que vivimos la acción en un sentido principalmente exterior, sino incluso para el mismo oriental, de vida exterior más pasiva pero que interiormente desarrolla una gran actividad. Para todos es esencial conocer el camino de la emancipación a través de la acción.

(…) Cierto que encontramos lo mismo en nuestra tradición cristiana que nos habla de sacrificio, de renuncia, de la entrega total a Dios, pero con todo parece que esto sea entregar algo que nos corresponde, algo que nos pertenece y que no sabemos ni vemos lo bien fundamentado que esto puede estar y cómo esto puede operar por dentro.

La desidentificación
Lo que realmente nos ata a la acción no es la acción misma sino nuestra identificación con la acción. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que nosotros confundimos nuestra realidad esencial interna, nuestro verdadero ser profundo, con nuestro deseos, con nuestras ideas, con los apetitos y sensaciones, con nuestro cuerpo, con la idea que tenemos de nosotros mismos; y porque lo confundimos nos aferramos a estas cosas como si fueran nuestro verdadero ser. Y es parcialmente la crispación que tenemos sobre esas ideas, esas sensaciones, esos impulsos, el origen de la confusión que existe en nuestra mente y que nos esclaviza a consecuencia de la satisfacción de nuestros deseos, de nuestros impulsos, etc. Se trata, pues, de llegar a descubrir y centrarse en lo que es nuestro ser central, ese eje desde el cual se originan las acciones, surgen los impulsos, las ideas, desde el cual se piensa, pero que no es ningún pensamiento, que no es ningún impulso, ninguna acción. Detrás de todo lo que cambia es donde está nuestro centro, nuestro verdadero ser, nuestra auténtica realidad.

Nuestras ideas están en un proceso de transformación constante, las que tenemos ahora son completamente diferentes de las que teníamos veinte años atrás; los sentimientos que nos mueven ahora, incluso lo que nos parecen más importante, son completamente diferentes o por lo menos renovados de las que teníamos hace también unos años. Nuestro mismo cuerpo es totalmente diferente, ya que todas sus células se han renovado; ya no es el mismo cuerpo que antes. ¿Por qué todo esto? Porque la vida es un proceso dinámico, de cambio, de renovación. Pero yo sigo siendo el mismo, tengo clara noción de identidad, de que yo sigo siendo yo. Por lo tanto, yo sigo siendo el mismo yo de hace veinte años, no puedo ser el cuerpo, no puedo ser las emociones que cambian, no puedo ser las ideas que están en constante vaivén: se trata de llegar a descubrir esa verdad de mi mismo, eso que está en mi inmóvil, eso que realmente yo soy.

 Y entonces, cuando podemos vivir centrados en la nociónde ser, simple, de modo directo, con percepción inmediata, con apertura de nuestra conciencia a este nivel central, podemos actuar sin confundir nuestro yo con nuestros impulsos, con nuestras ideas, con las situaciones exteriores, con nuestro amor propio, con toda clase de fenómenos externos e internos que constantemente se expresan a través de nosotros mismos.

 Éste es el verdadero objetivo, la meta que hay que alcanzar. Pero, claro está, el problema que se plantea ahora consiste en saber cómo conseguirlo, en ver claro como se llega a ello. Y ahí es donde empieza nuestra tarea, dónde se inicia el trabajo a realizar. Pero antes de entrar en esto veamos brevemente algo mas acerca de nuestras acciones, miremos más de cerca cuáles son las verdaderas motivaciones de nuestra conducta.

LAS MOTIVACIONES DE NUESTRA CONDUCTA

Normalmente, ¿por qué nos movemos? ¿Qué es lo que nos induce a hacer las cosas? El deseo de conseguir determinadas cosas o la necesidad de satisfacer impulsos interiores. Lo que nos mueve siempre es algo interno que nos empuja a algo de afuera que nos atrae.(…). De la vida no hay que reprimir nada en absoluto. La vida hay que aprender a vivirla toda, pero hay que aprender a vivirla desde su centro y es entonces cuando la vida adquiere pleno sentido. 

Mientras yo me agarre a algo que se mueve, a una ola, a una capa externa de la vida, sufriré los vaivenes de esta misma cosa externa a la que estoy agarrado. Pero si estoy centrado en mi ser real, entonces todo irá cambiando a través de mi y yo me mantendré sereno, inmóvil, expresándome a través de las cosas que cambian, pero sin que yo deje mi postura central, sin que yo me descentre ni por un momento, sin que pierda esta noción central de mí mismo que me hace sentir lleno de fuerza, de serenidad, lleno de amor, de discernimiento, esto es, viviendo de un modo actual la naturaleza esencial del espíritu.


 Pero si observamos nuestras motivaciones más de cerca podemos apreciar que las hay de dos clases, lo que ciertamente viene a dificultar el trabajo de interiorización hacia nuestro centro: unas que podríamos considerar naturales, sanas, correctas, auténticas y otras que son artificiales, superpuestas.

Las motivaciones naturales son las que surgen realmente de nuestra naturaleza. Nuestro organismo tiene unas necesidades y esas necesidades son auténticas, son reales. Nuestro nivel afectivo siente necesidad de expresar y recibir afecto, de vivir cosas bellas, agradables, cosas estéticas, cosas armónicas, y ello es natural, inherente a nuestra naturaleza en tanto que personas. Nuestra mente siente ansias de conocer cosas, de comprender la verdad de las cosas, de comunicar las ideas, de crear, transformar y expresarse, y todo ello es natural, es sano, es correcto.

Pero al lado de tales motivaciones naturales y casi siempre mezcladas con ellas aparece también otro tipo de motivaciones que no surgen de esta naturaleza sana y correcta, sino que se derivan de la idea distorsionada que tenemos de nosotros mismos, de la representación mental que nos hemos ido formando de nuestro Yo. Esta idea o imagen del Yo se ha ido deformando en nosotros desde niños porque cada vez hemos tenido frustraciones, que hemos tenido disgustos, insatisfacciones, hemos utilizado esta representación del Yo para vivir imaginativamente aventuras, para vivir situaciones imaginarias que nos compensan del malestar, situaciones ficticias mediante las que intentábamos obtener la afirmación de nosotros mismos que la vida real nos había negado.

Si nos observamos con atención veremos que esto mismo nos está ocurriendo hoy todavía a todos nosotros. Cuando estamos distraídos, cuando estamos divagando o soñando despiertos ¿qué es lo que realmente imaginamos? Mejor dicho, ¿Qué es lo que nos viene a la imaginación? Normalmente cuesta tener conciencia de ello porque casi siempre que este estado se produce nuestra mente consciente está medio dormida, ausente; pero si nos fijamos bien, si así, a lo vivo, en un momento de descuido tomamos conciencia, podemos atrapar el contenido de los que estábamos imaginando y descubrimos que siempre imaginamos cosas que nos gustaría hacer: lo que haríamos o lo que diríamos a tal o cual persona; el efecto que esto le causará y cómo tendrá que reconocer nuestra razón, nuestra superioridad, etc. 

Siempre son una serie de proyectos o aventuras centradas sobre el Yo que tienden a justificarnos a nosotros mismos, siempre a magnificarnos, a glorificarnos, a ponernos en un trono, aunque a veces este trono no resulta glorioso ni optimista, sino que nos asusta como mártires o víctimas, lo que es otro modo de ser héroes. Cuando uno adopta el papel de víctima, todos le quieren mal, todos van contra él, todo le sale mal. De uno u otro modo sigue siendo la idea del Yo, no el Yo que soy realmente sino el yo representado en mi mente, el que sigue siendo el único protagonista.



¿Por qué esa constancia en el pensamiento del Yo? ¿Por qué siempre nuestra imaginación gira alrededor de eso yo, formando una aventura, imaginando una historia de modo que el yo llegue a demostrar de modo incontestable su superioridad? Pues precisamente porque el Yo está intentando vivir esa superioridad que no ha conseguido vivir en el mundo real. Cada vez que hemos tenido una frustración, que nos hemos sentido injustamente limitados por algo o por alguien –y en la vida práctica nos produce abundantes experiencias de frustraciones y de limitaciones-, en lugar de dirigir la situación por entero, de modo consciente, se nos queda ahí dentro como algo indigesto y es esa indigestión la que busca salir a través de la vía imaginativa, creando todas esas fantasías en las que lo que copudo tener de un modo concreto en la vida real, trata de conseguirlo de un modo imaginario. 

Esto hace que poco a poco el Yo idea, la idea de mi mismo, se vaya deformando, porque ya no la utilizamos sólo para vivir la vida real, sino que sirve tanto para vivir la vida real como la imaginaria. Y es así como se va deformando poco a poco y se va alejando de lo que es la verdad objetiva, la verdad real.


Pues bien, en la vida concreta, surgen una enorme cantidad de motivaciones basadas en este Yo-idea deformado y no en nuestra verdadera naturaleza. No en lo que es nuestra realidad, las necesidades de nuestros niveles básicos, sino en esa sobreestructura que está deformada y ansiosa por llegar a vivir la experiencia de plenitud y de total realidad. No tenemos más que observar cualquier conversación y veremos el esfuerzo que todos hacemos para demostrar que tenemos razón, para demostrar que realmente el yo estaba justificado en lo que hizo, en lo que dijo, para que así los demás admiren y le tengan por muy inteligente, muy bueno, muy fuerte, muy lo que sea, siempre muy algo. Esa inquietud es la que siempre está empujando interiormente en busca de satisfacciones artificiales, condicionando prácticamente toda nuestra vida, alejándola de la sana naturalidad y espontaneidad e impidiendo que nos veamos a nosotros mismos con claridad y tomemos conciencia efectiva de nuestros niveles más profundos.
Tenemos pues, que lo que nos empuja a la elección es bastante complejo, mejor dicho, son bastantes factores complejos, difíciles muchas veces de discernir con claridad. Si tomamos un gato o un caballo, veremos que este animal actúa sin necesidad de compensación. El animal tiene su Ley, que es su verdad, su norma, su naturaleza, y cumple esta ley y ése es su modo de ser total: no hay en él doble fondo, no hay en él nada de compensar, nada de artificial, no es más que su naturaleza íntegra. Cuando una cosa le va mal procura desahogarse gritando, corriendo o triturando algo. Así se descarga y queda limpio. Pero en nosotros no existe esa clase de desahogo. La educación moral y social nos pone muchos frenos para los desahogos, pero rara vez nos da un camino efectivo para eliminar nuestras presiones interiores. Y cada vez que las cosas nos salen mal, cada vez que tenemos problemas, grandes o pequeños, aumenta nuestra necesidad de conseguir nuevas compensaciones, nuevas satisfacciones, nuevas afirmaciones del Yo. Y por esta razón necesitamos estar doblemente pendientes de lo exterior y del futuro. Lo exterior lo vivimos, no como una realidad presente e inmediata, sino como un instrumento que nos ha de servir para justificar y demostrar nuestra propia fuerza, nuestra propia importancia, para demostrar en una palabra, la superioridad del Yo. Y las insatisfacciones del pasado se convierten asimismo en exigencias de placer para el futuro. Es decir, que acabamos viviendo el mundo de un modo exclusivamente egocentrado, en función sólo de esa reivindicación constante que tenemos denuestro Yo.

 En relación con las personas ocurre igual: no tratamos a la persona de un modo imparcial, objetivo, sereno. Sin querer, lo hacemos siempre en función del papel que ellas adoptan respecto a nuestros valores. A la persona que tiende aceptarnos, a valorarnos, que tiene cosas que desear o admirar, la tratamos con respecto y con afecto. En cambio, tendemos a rechazar a quienes pueden constituir un peligro para la superioridad, el valor, la afirmación de nuestro yo, o quien tiene algo de la cual huimos, que es pobre, que está muy enferma, que tiene muchos problemas, etc. Mientras estemos pendientes de tal modo a la reivindicación de nuestro Yo, no puede haber imparcialidad y, por lo tanto no puede haber acción justa. Hay aquí una constante deformación de la actitud natural, que exigirá un mayor trabajo de corrección, de ordenación, de purificación.


LA RESPIRACIÓN

Los subdoshas Prana Vata y Udana Vata, regulan el movimiento de la inspiración y la espiración.
Prana se puede traducir como “el aliento de vida”, la energía vital necesaria para la vida. Actúa en la respiración, en la circulación, en la digestión y en los diferentes procesos del cuerpo, al mismo tiempo es la fuerza vital universal que compartimos todos.
El Prana lo encontramos en el aire y en los alimentos que ingerimos, podemos considerarlo también como el alimento más importante, esencial.
Es gracias a la respiración que podemos alimentarnos de Prana, y la ciencia que trata el control de la respiración es llamada Pranayama. Pranayama es una palabra sánscrita formada por dos raíces, Prana (aire vital) y Yama (doma, adiestramiento). El Prana puede almacenarse en el cuerpo, especialmente en el plexo solar.
En Ayurveda, en el Yoga, en la meditación se da gran importancia a la respiración, pues representa el abastecimiento de prana en nuestro cuerpo. El Ayurveda utiliza diferentes pranayamas como tratamiento.
En la respiración intervienen los músculos para llenar y vaciar los pulmones, son los del diafragma, los de las paredes del pecho y los de las costillas flotantes.
El diafragma es el músculo más fuerte y tiene un movimiento que se compara con el de un paraguas, se cierra y se abre a cada inspiración y a cada espiración.
Durante la inspiración se cierra el diafragma presionando hacía abajo las vísceras que hay debajo, permitiendo que el estómago se hinche de aire, al mismo tiempo que la caja torácica. Dejando espacio para que se llenen los pulmones a través de las fosas nasales o la boca, la faringe, la tráquea y los bronquios.

Cuando espiramos, el proceso se deshace. La caja torácica se relaja, los músculos abdominales se encogen y el diafragma se abre como un paraguas, permitiendo la expulsión del aire de los pulmones.


En general respiramos de forma poco eficaz. Tomamos el hábito de respirar superficialmente, utilizando sólo la parte superior del pecho, absorbiendo poca cantidad de Prana, sin oxigenar correctamente nuestro cuerpo.
Los bebés y los niños acostumbran a respirar, naturalmente, mejor, utilizando toda la capacidad, des de la caja torácica hasta el abdomen. Más cuando crecemos y estamos sometidos a tensiones, presiones sociales y personales perdemos este hábito y empezamos a respirar de una forma deficiente.

Esta pérdida de hábito tiene consecuencias destructivas para nuestra salud. Así la sangre no se purifica, no se oxigena, y no se queman debidamente los alimentos que nos aportan la energía. Además respirando superficialmente aumentamos el aire residual y viciado, almacenándose, en gran parte, entre los pulmones y la nariz.

Nuestras células necesitan respirar, tomar oxígeno y devolver el que no sirve en forma de dióxido de carbono. Gracias a los pulmones, el oxígeno pasa a la sangre para llevarlo hasta las células. Es imprescindible para el proceso metabólico del cuerpo y de ello depende también nuestra vitalidad. Se precisan grandes aportaciones de oxigeno para la combustión de los alimentos a través de los cuales obtenemos la energía para que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionen equilibrada e saludablemente.

Una respiración insuficiente puede provocar fatiga, falta de vitalidad, jaqueca, neurastenia, acumulación de toxinas, envejecimiento prematuro.

Cuando respiramos correctamente, los músculos que intervienen en la respiración y los pulmones funcionan con más eficacia. Pretenden recuperar la memoria perdida de respirar con plenitud para el bienestar psicofísico. Pues está comprobado, y ustedes mismos pueden comprobarlo con la práctica, que además de mejorar la transformación del aire en los pulmones, purificar la sangre…nos trae calma, tonifica el sistema nervioso, simpático y parasimpático, fomenta el equilibrio y la paz mental y relaja el cuerpo y la mente. Levanta los niveles de vitalidad, aclara la conciencia, da más brillo a los ojos, flexibilidad, tolerancia, optimismo y armonía.


LA RESPIRACIÓN Y EL MASAJE

La respiración está formada por dos movimientos: Inspiración o exhalación, que se corresponden a la tensión y a la liberación de la tensión.

Es en la expiración dónde el terapeuta encuentra mayor predisposición para que el paciente conecte con la liberación de la tensión, que tan frecuentemente se sintomatizan en el cuerpo en forma de contracturas y dolores, cuya causa debemos reconocer en el estado de nuestras emociones, nuestras vivencias actuales en la vida y en como las encajamos interior-mente.

Esta corriente de liberación corporal se consigue a través de un estado de relajación o estado alterado de conciencia, calmando la mente, gracias al control de la respiración. Observando la respiración el paciente podemos reconducirla, si es el caso, e incluso hacer unos Pranayamas antes de empezar el masaje.

Sabemos que con el control de la respiración se llegan a estados alterados de conciencia, haciéndola más perceptiva y más amplia. En algunos masajes se usa la respiración alotrópica. Se trata de una hiperventilación, respirando por la boca y con la glotis un poco cerrada. Esta respiración provoca un estado de conciencia alterado, que permite trabajar el cuerpo desde un nivel más profundo, dando un toque a nuestra parte emocional.

Estas dos corrientes, la tensión y la liberación, la inspiración y la espiración se relacionan en Ayurveda y en Yoga con dos principales nadis: el IDA y PINGALA.

El Pingala Nadi es el lado derecho, el canal del Sol. Da poder a nuestra mente racional, que nos permite aprender y obtener la fuerza necesaria para superar los problemas mediante el esfuerzo. Es el lado más masculino de los hombres y mujeres. Los problemas típicos del lado derecho son el comportamiento egoísta o violento, la arrogancia y el orgullo.

El Ida Nadi es el lado izquierdo, el canal de la Luna. Nos da el poder de las emociones en su estado puro, proporcionando las cualidades de gozo profundo, amor puro, compasión y habilidades artísticas. Este lado es el más femenino de hombres y mujeres. Los problemas típicos del lado izquierdo son el apego emocional, la depresión, la baja autoestima, el sentimiento de culpa o el letargo.

LA PRÁCTICA DEL PRANAYAMA

En la práctica de Pranayama se da gran importancia a la corriente liberadora, el Nadi Ida, la espiración, pues así sacamos todo el aire viciado de nuestro cuerpo, permitiendo que la purificación sea más eficaz y mejore la expansión de los pulmones permitiendo una mayor entrada de aire fresco y oxigenado con la inspiración siguiente, nadi Pingala.

Así la proporción de la duración de la inspiración y la espiración es de 1:2, de manera que la espiración dura el doble de tiempo que la inspiración.

Para empezar se realiza la proporción 4:8, es decir la inspiración debe durar 4 segundos y la espiración 8. Después y con la guía de un profesor se puede ir ampliando la proporción, mas esta propuesta aquí pueden ponerla en práctica en cualquier situación y lugar.

Pueden practicar esta respiración consciente en cualquier momento del día, y es comprobadamente beneficiosa usarla a diario, acordando con nosotros mismos un tiempo para poder reeducar nuestra respiración.

Pueden usarla cuando se sientan nerviosos, inquietos, ansiosos, tristes o deprimidos, estresados, para tomar conciencia, serenarse, calmarse y aumentar su sana vitalidad y observar sus beneficios.
La respiración alterna es también muy beneficiosa. Limpia, purifica y equilibra el ída y el pingala, nuestra parte femenina y masculina en pro de una mayor estabilidad. Es interesante observar y tomar conciencia de las sensaciones físicas y emocionales-mentales que uno siente antes y después de terminar con el pranayama, seguro que algo ha cambiado en nuestro sentir.


Anthony Blay; “Los yoga”. Editorial Indigo. Barcelona 1997.


EL ACEITE DE SÉSAMO



El aceite de sésamo es el más utilizado en Ayurveda, tanto en masaje como para tratamientos.

Es el mejor aceite para Vata dosha por sus cualidades.

 Si se aplica a una persona Pitta se pueden añadir aceites esenciales para equilibrar su efecto caliente tales como, sándalo, lavanda, jazmín, geranio, pachulí, rosa…

Para Kapha se usa muy poco aceite y se suelen utilizar polvos en el masaje.

Propiedades: caliente, dulce, hidratante, nutritivo.

Indicaciones:
  • Hidrata y nutre la piel combatiendo la sequedad.
  • Revitaliza la piel y se aplica contra la flacidez.
  • Previene la aparición de estrías, sobretodo durante el embarazo.
  • Tranquiliza el sistema nervioso.
  • Calienta, muy bueno para los pies y manos fríos.
  • Para dolencias reumáticas.
  • Para la caspa o sequedad en el cuero cabelludo.
  • Para grietas en manos y pies.
  • Es bueno para la memoria pues contiene fosfolípidos y lecitina.
  • Su aporte de Magnesio es un factor añadido al fortalecimiento del sistema nervioso. Algunos autores afirman que ayuda a recuperar el ánimo en personas deprimidas o muy cansadas mentalmente.
  • Últimamente se está valorando mucho su eficacia como filtro solar ante las radiaciones UVB. Si además añadimos que favorece el bronceado natural y que hidrata la piel, ya tenemos la clave de su éxito cuando llega el verano.
  • Sus ácidos grasos y su alto contenido en vitamina E, permite que actúe positivamente en el sistema cardiovascular.
  • Vía ótica: Alivia el dolor de oídos, sobre todo cuando tenemos la sensación de frío. Añadiremos un par de gotitas tibiecitas en cada oído. Si es un caso agudo mejor consultar al médico o especialista.


Información nutricional:
  • Rico en ácidos grasos poliinsaturados ricos en omega 6.
  • Contiene Zinc y otros minerales como el magnesio, aunque en menor cantidad.
  • Es gran aporte de vitamina E.


Tratamientos:
  • Masaje Abhyanga.
  • Kati Basti.
  • Shiro Dhara, para Vata.
  • Shiro Abhyanga.
  • Shiro Basti.
  • Dhara en los puntos marma.
  • Karna purana.

“Es verdad por que los aceites vegetales no contienen colesterol, ya que el colesterol es propio del reino animal y por ende tanto el girasol, la oliva o el maní no tienen colesterol. Pero es una mentira encubierta, ya que ningún aceite vegetal puede tener colesterol y resaltan esto con el solo objetivo de vender y no educar. No se deje engañar; la calidad de un aceite vegetal no se debe medir por el contenido o no de colesterol, sino por su procesamiento y por la pureza en la extracción.”



Curiosidades:

¿Sabías que...?
Aquella frase de "Ábrete sésamo" del cuento de "Alibabá y los 40 ladrones" más que una contraseña secreta para que se abra la entrada de la cueva estaría relacionada con las propiedades del sésamo para fortalecer el sistema nervioso. Así, el sentido de la frase sería que se abriese la semilla de sésamo para que, fortaleciendo mi mente, mi intuición fuera capaz de encontrar la entrada oculta de la cueva.

EL GHEE


El Ghee es la mantequilla purificada, o también llamado “oro líquido” tan famoso en la India por sus cualidades terapéuticas, tanto tomado internamente como aplicado externamente sobre la piel. Forma parte de la alimentación del pueblo hindú desde tiempos inmemoriales; ya lo encontramos citado en los antiguos textos de la ciencia védica y en el Rig Veda se le considera sagrado y puro.


El ghee es considerado uno de los mejores alimentos para apaciguar Pitta y Vata y según Charaka es la mejor de las sustancias untuosas.
Existe también el “ghee lavado cien veces” con agua, se usa solamente externamente para cicatrizar las heridas y calmar Pitta.
Propiedades: dulce tanto antes como después de la digestión, frío cuando se digiere, untuoso, nutritivo. Es tolerado por las personas intolerantes a la lactosa. Es un alimento puramente sáttvico que favorece la estabilidad de la mente y la meditación. Tiene propiedades Yogavathi, es decir que potencia las cualidades de la o las plantas con que medica.
Análisis científico:
  • Contiene entre el 2 y el 3% de aceite linoleico, elemento al que se le atribuyen propiedades anticancerígenas.
  • Posee un 27% de aceites monoinsaturados, que están asociados a la prevención del cáncer y de enfermedades cardíacas.
  • Forma parte de su fórmula un considerable número de antioxidantes (barredores de radicales libres), así como las vitaminas A, D, E y K.
  • Su consumo no aumenta el colesterol.
  • El ghee en sí mismo no es susceptible de oxigenación, por lo que su duración es prolongada, y no es necesario guardado en la heladera.

INDICACIONES:
Internamente:
  • Trastornos digestivos derivados de un Pitta elevado como gastritis y úlceras.
  • Elimina el exceso de bilis.
  • Estreñimiento.
  • Fiebre.
  • Dolor de oídos.
  • Dolor de cabeza, a través de Nasya.
  • Proporciona fuerza el cuerpo.
  • Aumenta la capacidad digestiva, el fuego digestivo, favoreciendo la absorción y asimilación de los alimentos
  • Favorece y potencia la memoria, la inteligencia y la percepción. Es por lo tanto considerado un óptimo alimento para Majja Dhatu, la médula ósea y el sistema nervioso.
  • Favorece el Shukra dhatu tanto en hombres como en mujeres y proporciona Ojas al cuerpo.
  • Es útil durante el proceso de desintoxicación, para la anemia y los desórdenes de la sangre.
  • Por ser un rasayana retarda el envejecimiento de los tejidos, considerado un antioxidante natural.
  • Lubrica todas las articulaciones.
  • Para la memoria se aplica con Nasya.

Externamente:
  • Para desórdenes de piel Pitta, eccemas, erupciones cutáneas, alergias en la piel…quemaduras.
  • Para desórdenes de los ojos, irritación, vista cansada, alergias…
  • Netra basti.

ADMINISTRACIÓN:

Si lo administramos en pequeñas dosis junto con los alimentos fortalece y nutre.
Para apaciguar los doshas se da en mayor cantidad, separadamente de las comidas. De media cucharada a una cucharada sopera dependiendo de la constitución.
Dentro de la alimentación cotidiana, suele añadirse para acompañar cereales, legumbres, hortalizas y verduras cocidas; también, en estado sólido, puede ser untado como la manteca común.
Para estreñimiento se suele tomar con un vaso de leche y una cucharadita de café de ghee antes de ir a dormir.

ELABORACIÓN:

Deben comprar mantequilla de calidad, por esto es mejor elegir una mantequilla biológica que contenga todos los nutrientes, y sin sal.

Se pone la mantequilla en un cazo dejando que poco a poco se vaya derritiendo, y se va removiendo con una cuchara preferentemente de madera. Observaran que se forma espuma, sigan removiendo hasta que desaparezca y vaya quedando un solaje en el fondo del cazo. Cuando este solaje empieza a ponerse de color amarronado y la mantequilla tiene un color parecido al oro el ghee está listo para su uso.

Normalmente el proceso de elaboración dura entre 20 y 30 minutos.

No es necesario guardarlo en la nevera y cuando más añejo es, más aumentan sus propiedades y cualidades. En verano suele tardar en solidificarse por que la temperatura ambiente es mas alta, más tiende a solidificarse. Si se quiere usar en estado líquido calentarlo al baño maría no directamente, pues el recalentamiento hace que pierda sus cualidades terapéuticas.

Mejor conservarlo en un recipiente de vidrio y etiquetarlo correctamente con la fecha de elaboración y la marca de la mantequilla usada. El ghee debe tener una aroma agradable, si su aroma es agria o se vuelve agria es que el proceso no ha sido bien elaborado.


ARTICULO SOBRE LA CÚRCUMA 


¿Podría Reducir Esta Hierba el Riesgo de la enfermedad de Alzheimer y el Cáncer?
Por Allen S. Josephs, M. D.

Aprender información nueva puede ser una cosa estimuladora. Demasiados de nosotros, desgraciadamente, no son interesados a obtener el conocimiento nuevo y creciendo de lo. Había estado estudiando activamente nutrición para los últimos diez años y me considero algo de una autoridad. Sin embargo, cuando encuentro información nueva en el campo de nutrición, yo encuentro emocionando más bien. Bien, es hoy uno de esos días.

Por años había leído acerca de la planta cúrcuma que no se conocía hasta recientemente y me di cuenta de la extensión de este alimento nutritivo muy poderoso. La cúrcuma, de otro modo conocido como curcumin, es un miembro de la familia de jengibre que es cultivada extensamente a través de India, la China e Indonesia. La cúrcuma es el ingrediente mayor en el curri, una especia que se utiliza bastante en la dieta hindú.

Los investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles han indicado que India tiene uno de las tasas más bajas de la enfermedad de Alzheimer en el mundo, estimado que por estar acerca de 1% de individuos sobre la edad de 65, mientras que aproximadamente 10% de norteamericanos sobre la edad 65 desarrollan supuestamente la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores sugirieron que quizás el curcumin tuvo algún efecto anti-Alzheimer. La literatura reciente ha indicado que el uso a largo plazo de los antiinflamatorios no esteroidales de drogas tal como el ibuprofeno puede reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Desgraciadamente, estas drogas tienen consecuencias a largo plazo que llevan a un riesgo de hemorragias en caso de ulceras y el daño de hígado y riñón.

Los investigadores de UCLA condujeron un experimento bastante interesante. Los ratones se criaron genéticamente para desarrollar Alzheimer. Los ratones entonces se trataron con varias dosis de curcumin. Se encontró que dosis relativamente bajas de curcumin disminuyeron la enfermedad de Alzheimer destruyendo los cambios patológicos en los cerebros de ratones por acerca de 50%. Los investigadores concluyeron que el consumo de curcumin puede ser una alternativa más segura en comparación con las drogas antiinflamatorio no esteroides para ayudar a reducir la incidencia de la enfermedad de la enfermedad de Alzheimer.

Adicionalmente, hay múltiples estudios en la literatura médica que sugiere que ese curcumin puede tener algún potencial a tratar verdaderamente varias formas del cáncer. Al hacer esta investigación reciente, me complació ver que se experimentan actualmente por el Instituto Nacional del Cáncer varias terapias posibles para la próstata, canceres de seno. Entre esta se encuentra el curcumin. En un artículo publicado en el diario Investigación Anti-Cáncer este año, se indicó que investigación extensa sobre los últimos cincuenta años sugiere que este alimento nutritivo puede previenen y tratan el cáncer. Los efectos anti cáncer de curcumin provienen de su habilidad de suprimir proliferación de una gran variedad de células de tumor y parecer ser efectivo no sólo para suprimir la iniciación del tumor pero también promoción de tumor e incluso metástasis (la extensión del cáncer).

Farmacológicamente, como alimento nutritivo es seguro en los ensayos clínicos humanos que muestran no dosis que limita la toxicidad hasta 10g (10,000 mg.) un día. Los autores del papel concluyen diciendo que los estudios han sugerido que el curcumin tiene enorme potencial en la prevención y la terapia del cáncer.

La curcumin aparece tener un efecto positivo en la función de vesícula. Tiene también algunos efectos beneficiosos con respecto al sistema cardiovascular inclusive el bajar de niveles de colesterol e inhibición del agregado de la plaqueta.

Es raro que niños sufran de la enfermedad de Alzheimer, recomiendo ciertos alimentos nutritivos. Se debe tomar rutinariamente dosis buenas de vitaminas C, E y el complejo B, aceite de hígado de bacalao y antioxidantes, pero ahora habiendo revisado la literatura sobre la cúrcuma, sugiero este planta como un complemento alimenticio también.

Me complace anunciar que El Instituto de Ciencias Nutricionales (NSI) ha agregado cúrcuma standarizada a su línea de productos totalizando acerca de 150 productos diferentes. Cada cápsula contiene 900 mg. de cúrcuma standardizada a 95% de curcumin (el más alto plano disponible). Aún más, NSI incluye 5 mg de Bioperine para aumentar dramáticamente la absorción del curcumin en la corriente de sangre. Las cápsulas son más fáciles de tragar que mece las tabletas duras que contienen carpetas y colorantes artificiales.






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